Para: Aquél que me enamoró con una mirada, con una sonrisa, con una palabra, con un beso, con una caricia...
De: Alguien que trata de borrarte de su memoria, pero no quiere
Han pasado más de seis meses desde la última vez que te vi, y solo fueron dos las veces que conversé contigo; sin embargo, anhelo que observes cómo es mi vida desde que te conocí: lee esto y no pienses en mí, sino en tu reflejo en el interior de mi ser.
Inmóvil, con la mirada perdida, me encuentro tratando de crear un mundo donde la realidad no exisite, donde se piensa con los sentidos, donde se elige con el corazón y se habla con los pensamientos. Sí, la verdad, me gustaría no despertar de mi sueño y seguir soñando, soñando despierta.
Cuánto deseo retroceder al pasado y olvidar mi presente para construir un nuevo futuro: un futuro a tu lado o, tal vez, lejos de ti para siempre. Da igual. Sí, da igual, cómo me sentiré mañana cuando mis exámenes empiecen o cómo me sentiré el viernes cuando concluyan. Solo deseo no vivir mi presente y pensar en mi realidad como un sueño y en mi sueño como una realidad: mi realidad. Sí, la verdad, me gustaría crear un mundo de ilusiones frustradas, de emociones negadas, de recuerdos dibujados pero jamás vividos.
Más aún, mis sentidos solo piden, a gritos, que te diga “te amo”. Te amo, te amo, te amo. Es tan fácil escribirlo, pero complicado emitirlo. Si tan solo escucharas mi voz en medio de mi silencio, mi voz que entre sueños pronuncia tu nombre, mi voz que a lo lejos trata de llegar a tu oído. Y al no hallarte a mi lado, trato de inventar el corazón de nuevo, pero no puedo: sigo esperando. Tal vez hoy o quizás mañana, ambos caeremos en el cuento del “Y vivieron felices para siempre”. Sí, la verdad, me gustaría recordar tu mirada y perderla en la mía.
Y, ahora, parada frente a un espejo, busco ver mi reflejo, pero no puedo; esperando una respuesta, miro mis zapatos sin lustrar, mi cama a medio tender, mi escritorio carcomido por las pollilas, mis libros de segunda mano, mis lapiceros con la tinta derramada y mi cuaderno casi nuevo.¿Qué descubro? Que nada de esto se muestra en el espejo: nada, solo mi cuaderno casi nuevo. Es ahí, cuando mi mano comienza a escribir, escribir, escribir; se olvida de ella misma y piensa en ti. Es solo entonces, cuando el espejo, va reflejando el mundo + mil y un recuerdos aparentes. Sí, la verdad, me gustaría pensar en lo que pudo suceder pero no sucedió.
Ya han pasado tres horas desde que empecé a escribir, desde que volví a soñar despierta, desde que volví a negarme a sentir lo que el mundo me dice que sienta para solo experimentar lo que mis ilusiones me indican que sienta: dislexia emocional. En fin, escribo esta breve nota para expresarte que mi memoria, mis sentidos, mis pensamientos te aman. Aman tu sonrisa, tu mirada, tus caricias, tus abrazos que no son sino tu reflejo en el espejo de mi cuaderno.
Sí, la verdad, me gustaría hablar contigo, aunque, en realidad, no sea contigo con quien deseo hablar, sino con tu reflejo en el espejo de mi cuaderno.